diumenge, de desembre 31, 2006

que el 2007 sigui l'any de la independència dels sahrauís

Per acabar l'any, reprodueixo un escrit de Limam Boicha, que crec, resumeix dues de les meves sensibilitats. La primera, la meva solidaritat amb el sahrauís. La segona, aquella que em preocupa socialment, la de la igualtat entre les persones, la de la legitimitat de tots aquells i aquelles, que busquen un mon millor, però sobretot, un futur millor per ells/es i pels seus fills.

Acabo el 2006, amb l'esperança, manifestada des del Frente Polisario, que el proper any 2007, sigui el de la independència pel poble sahrauí, que tots els esforços, que tota la repressió que estan patint dins del Sàhara Occidental ocupat pel Marroc, que els quasi 32 anys d'exili a la Hammada de Tindouf, finalment, tinguin una sortida justa: la independència del Sàhara Occidental, la llibertat dels sahrauís.

També acabo el 2006, amb l'esperança de viure en un mon més just, que a la fi, el nostre mon d'opulència s'aturi per uns instants i s'adoni que vivim en una petita bola blava i que la nostra millor contribució seria contribuir en acabar les injustícies. Tenim els mitjans per fer triomfar la justícia, per acabar amb la fam, per acabar amb les situacions injustes.

L'escrit de Limam Boicha, posa de manifest la pervivència del caciquisme en les seves formes més miserables, aquella que ens han explicat els nostres pares i de la que van fugir ara fa una pila d'anys. Un caciquisme, que fins i tot els historiadors han enterrat fa molts anys i que s'amaga sota el nostre cofoisme de societat avançada, europea, ...

Potser, la situació ens queda lluny de Catalunya (o potser no) però cal acabar amb ella, cal deixar de justificar que els immigrants extracomunitaris vénen a treballar als llocs que els "naturals" no volen. Cal dignificar tots els treballs i per això cal dotar-los de totes les garanties socials, que teòricament, contempla la nostra legislació social.

Espero, que l'any 2007 sigui millor per tothom i sobretot, ....

que sigui l'any de la independència del Sàhara Occidental


Querida Familia:

Esta noche quiero escribir para vosotros, y en cierto modo también para mí, como decía Sinhué, el Egipcio. Recuerdo todavía, la primera vez que leí aquella frase al principio de la novela: “Quiero escribir para mí”, y confieso que me resultó algo extraña, dudosa, aunque en el fondo sentía que guardaba cierta sugestión.

Desde las infinitas esquinas de este silencio que reposa a mi lado, la frase adquiere un singular significado, adquiere otra connotación, se vuelve una necesidad, que a mí me gusta compartir, no como una terapia de grupo, sino como una relajante charla alrededor de una ceremonia de té.

Miro desde el cristal y veo parte del rostro de la ciudad. Desde su oscura garganta escribo. No hay paisaje que se pueda vislumbrar, sólo se ven paredes blancas y artificiales, sin espíritu, ni tiempo, sin identidad.

A veces, por la mañana cuando bajo al trabajo, extraño la inmensidad del Sáhara, el nacimiento de un día, el alegre sol que se engendra – casi siempre- con la complicidad de un Corazón de piedra rebosante de vida. Extraño aquella indescriptible imagen de la Badía, mi amada Tiris. Unas simples gotas de agua caídas del cielo, para un nómada saharaui pueden ser sinónimo de felicidad; creo que la felicidad puede estar en el lugar donde quisiéramos colocarla.

Y yo ese otro nómada, aunque elegí estar aquí, les envidio. Soy nómada de otra estirpe, de otro tiempo, voy peregrinando entre estaciones que me antojan sin nombre, con algún documento ya caducado. Ando entre papeles mojados e interrogantes de una provisionalidad que se pierde entre diferentes exilios.

La vida en el desierto fértil ahora no es más que nostalgia, un sueño despierto y fugaz, un sueño ilusorio, mientras que la realidad actual tiene otro rostro en el cual me veo y sobrevivo. No es más que la realidad de un mundo hostil, azotado por la demolición del espíritu. Un mundo que se edifica cada vez más sobre los cimientos de los spot publicitarios.

Hoy, como casi todos los días me levanté a las seis de la mañana, preparé mi comida y coloqué todo en la mochila y bajé con la esperanza de trabajar. Nadie tiene garantizado el billete, el viaje diario hacia los campos de la explotación.

La furgoneta llegó puntual y nos llevó hacia el bar “Andalucía”. Alrededor de treinta sin papeles esperaban allí la llegada del encargado. Casi todos los indocumentados estarían dispuestos a todo con tal de trabajar. Y subir en una de las furgonetas es el primer peldaño de una cadena de obstáculos, por no decir calamidades, para la supervivencia.

Una hora después llegó Darío, el temido y adulado encargado, y sin mediar palabra, ni saludo empezó a señalar con su omnipresente dedo índice a los “privilegiados”: “tú, tú y tú...”...Saltaba a algunos y volvía a señalar a otros.

La selección fue penosa, y muchos volvieron cabizbajos a sus chabolas, los afortunados a sus pisos alquilados. Acostumbrado a quedar en tierra, aprendí a sobrevivir: esconderme dentro de la furgoneta, sin ser visto. Muchas veces el control no es muy riguroso. Generalmente el encargado le da prioridad a los más fuertes a “los máquinas” a “los balas”. Hoy, como otras veces me colé sin ser visto. Salimos de Lorca en dirección Almería, a Vélez Rubio. El viaje fue largo, porque la furgoneta era un cacharro viejo y avanzaba a pasos de tortuga, casi todo el trayecto íbamos subiendo por una interminable cuesta. El paisaje era una cadena de montañas agrestes. Enormes espacios inermes, gigantescos cuerpos deshidratados, sólo de vez en cuando aparecían algunas plantaciones, y pequeños pueblos incrustados como dulces heridas en las montañas.

Llegamos a una finca, situada entre Chirivel y Vélez Rubio. Enorme finca, asentada sobre una gran elevación. Había mucho frío, probablemente estaríamos a más de 2 mil metros sobre el nivel del mar. Nadie esperaba esas temperaturas bajas en medio de una semana calurosa.

Cuando empezamos a trabajar nos comunicaron que había poco que sembrar, y estaríamos sólo hasta las dos de la tarde, aunque toda la finca estaba acondicionada para la siembra, sólo había siete carriles de metal llenos con bandejas de plantas de brócoli, recién traídos de los viveros.

Con la expectativa de terminar a las dos de la tarde, había que tratar de hacer a destajo el jornal del día: ocho horas. El aire fresco soplaba y consigo levantaba arena que estorbaba nuestro trabajo o en el peor de los casos se colaba en los ojos. Cada bandeja llevaba 165 semillas y había que regarlas sobre el bancal y volver por el mismo trayecto a sembrarlas con la ayuda de un pincho de metal. Cada vez que uno concluía con una bandeja la marcaba con lápiz tinta, y la dejaba abandonada, para recogerla al final de la jornada. A veces ocurrían disputas que desembocaban en amenazas, robos o peleas, por culpa de una misma marca, o un mismo nombre, etc. La jornada se pasaba más tiempo agachado que de pie. Y era especialmente duro estar horas y horas con el cuerpo encorvado, los ojos inyectados de sangre, y la espalda anestesiada. La sangre no circula por esa zona y cuando intentas levantarte es como si te hubieran colocado un saco de cemento encima. Sólo una increíble voluntad te permite seguir, en mi caso es por ayudarles a vosotros, y por favor no le expliquen nada de eso a mamá. Todo lo que soporto aquí es para que vivan de la manera más digna, especialmente lo hago por ella. Cuiden mucho de ella ahora que es hipertensa.

Las semillas de este brócoli están fatales, parecen recién sacadas de un frigorífico y son demasiado pequeñas. Trato de sacarlas o arrancarlas y sólo vienen las hojas, en el hueco de la bandeja se queda pegada la raíz. “Hay que golpear la parte trasera de la bandeja con el pincho, salen más fácil – grita la encargada que nos ha tocado hoy- sembrar entre los huecos, meter la planta al fondo”- vuelve a recalcar, una y otra vez.

Algunos espabilados ya han terminado dos o tres bandejas, y van corriendo en busca de más, mientras que otros como yo a duras penas intentábamos terminar la primera. Nadie hablaba, todos inmersos en su labor. La encargada supervisaba a conciencia para que todo se haga de la mejor manera. Al mínimo error te eliminaba el precio de una bandeja, y sólo el que ha trabajado allí sabe cuánto esfuerzo cuesta sembrarla., y sobre todo cuando es una tierra dura y pedregosa como esta maldita finca.

Cuando ya eran las dos de la tarde y empezamos a recoger nuestras bandejas, la encargada nos comunicó que por el camino venía un camión, y traía más plantas de brócoli para sembrar. Había derrochado toda mi energía y mis esfuerzos en función de que íbamos a acabar a las dos de la tarde, y ahora ella nos viene con otra historia.

Teníamos una hora para descansar, – que era bien poco para este tipo de trabajos- comer, estirarse las piernas, y relajar un rato la magullada espalda.

A las tres de la tarde volví al trabajo decepcionado y me sentía descaradamente engañado., y eso me hizo cansarme más. Durante las cuatro horas sólo puede hacer el precio de dos horas.

Al atardecer abrieron las mangueras de agua, y entre los bancales que sembrábamos entró agua a raudales. Se formaron pequeños charcos, y aquello parecía un pantano. El lodo nos hundía los pies dificultando nuestros movimientos. Cuando sacaba un pie el otro se quedaba atrapado. Con el pincho intentaba quitar el barro de las botas, pero al hacerlo mis manos se embarraban, y era todavía más complicado sembrar el brócoli. De nuevo intentaba avanzar en el lodazal y los pies volvían a hundirse en el barro. El fuerte viento seguía sin cesar, a veces aligeraba y otras en cambio se intensificaba. La temperatura iba bajando y el frío ya calaba en los huesos.

El sol se desplomó detrás de las agrestes montañas. La jornada había terminado.

Volví a casa destrozado, roto. Me duché y me sentí otra persona que renacía del barro de la miseria diaria.



© Liman Boicha. Nació en el Sáhara Occidental en 1972. A los diez años fue a estudiar a Cuba, donde estuve trece años, hasta acabar sus estudios de Periodismo. A su vuelta a los campos de refugiados saharauis estuvo trabajando durante cuatro años en la Radio Nacional Saharaui. Desde 1999 vive en España y ha participado en las antologías de poesía saharaui contemporánea “Añoranza” (Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de las Islas Baleares, 2002), “Bubisher”. (Editorial Puentepalo. Las Palmas de Gran Canaria, 2003) y “Aaiun, gritando lo que se siente” (Universidad Autónoma de Madrid, 2006). La editorial Puentepalo de Las Palmas publicó en 2003 su poemario “Los versos de la madera”. En julio de 2005 participó en el Congreso de la "Generación de la Amistad saharaui", de la que es miembro fundador.

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POEMARIO POR UN SAHARA LIBRE
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Poesía saharaui: http://tirisnoviadepoetas.blogspot.com/
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Bahia M.H.Awah y Conx

2 comentaris:

Anònim ha dit...

2007, EL TEMPS D’ESPERA HA CADUCAT

Toni:

Subscric totalment els teus desitjos i esperances. Percebo que en els darrers mesos s’ha produït un tomb significatiu en la qüestió del Sàhara. La repressió que pateixen els Territoris Ocupats, la situació de precarietat que es viu als campaments de refugiats, les maniobres polítiques contra els legítims drets del poble sahrauí així com la denúncia de tots aquests fets, cada cop més present en ‘mitjans de comunicació’ alternatius com el teu, ha unit dues lluites que són la mateixa, la dels sahrauís que resisteixen l’ocupació i l’exili, i la del moviment de solidaritat.

Fins no fa gaire, les associacions solidàries donàvem un suport al poble sahrauí no exempt de resignació davant les dificultats polítiques per trobar una solució justa, un pessimisme alimentat pels innumerables ajornaments d’un referèndum que no arriba mai. Enfront, hem vist amb impotència com guanyaven terreny mediàtic aquelles veus sospitoses que demanaven altres vies ... de ‘diàleg’, un ‘diàleg’, però, que sempre ha estat una exigència encoberta de rendició per part del poble sahrauí.

Al meu entendre, el canvi actual consisteix en la intensificació d’una percepció compartida entre els sahrauís i entre els que som solidaris amb ells; la de que el temps d’espera ha caducat. No sé si el 2007 serà l’any de la Independència del Sàhara, ni si podrem celebrar un Feliç Sàhara Lliure, més aviat sospito que els terminis fan complicada aquesta opció immediata que moltes i molts voldríem. Però si estic convençut d’una cosa. Tinc un fort pressentiment que emergeix no només del ‘cor’ sinó també de la raó. És un pensament i un desig alhora. Estic convençut que el 2007 serà un any d’inflexió a partir del qual el temps deixarà de sumar temps -temps indefectiblement de mort, fins ara- per començar a restar minuts, hores, dies, setmanes, mesos ... Pressenteixo que el 2007 començarà el compte enrere per a la definitiva Llibertat del Poble Sahrauí. Si ells ho pensen, si ells ho volen, si ells lluiten, si nosaltres ho pensem, si nosaltres ho volem, si nosaltres ho proclamem i lluitem amb ells, si ells volen i nosaltres volem, si ells i nosaltres volem, si NOSALTRES -és a dir, ‘ells’ i ‘nosaltres’ JUNTS- volem, NOSALTRES PODEM i JUNTS L’ACONSEGUIREM.

No hi ha cap altre horitzó, per a les i els que volem un món igualment just per a tots els éssers humans, que el de la Llibertat i la Independència del Poble Sahrauí. En aquest combat, que ningú l’oblidi, està en joc no únicament el futur d’un petit poble. També ens hi juguem, a través seu, les opcions per avançar cap a una societat global més humana. O, en cas contrari, ens hi aboquem a retrocedir vers la barbàrie i el terror. Cap lluita justa ens és aliena als que ens considerem patriotes d’una Humanitat digna, lliure i solidària.

El 2007 marcarà profundament el camí cap a la llibertat del poble sahrauí. Coincidim, doncs. Avui al vespre, moltes copes de cava transportaran aquesta il•lusió envoltades de paraules, o calladament, tant s’hi val. A partir de demà, però, necessitarem més instruments per rendibilitzar els nostres esforços. En aquest sentit, t’avanço (des de la informalitat d’aquest comentari i sense pretendre representar a ningú) que hem estat treballant en la proposta de la ‘Wilaia Sahrauí - Xarxa per un Sàhara Lliure’. L’hem fet a estones i de manera discontínua, però hem elaborat un primer esborrany de document i hem realitzat algunes proves en format blog. Totes i tots tenim massa feina, i en això també cal temps per dedicar-s’hi, però l’opció més senzilla per començar a tirar endavant és factible i relativament fàcil. Seria clau desenvolupar aquest projecte per aconseguir fer VISIBLE que som moltes i molts els qui donem suport a la causa sahrauí. Quan tinguem el tema una mica més elaborat us ho passarem per correu intern a tu i a l’Antònia, per a que digueu la vostra. Aquesta és una idea nascuda en xarxa i és bàsic que continuï sent un treball col•lectiu i que la proposta final sigui assumida pel màxim de gent possible. Entenem que si en el grup promotor som 20 (persones, grups, associacions, webs, blocs ...), per dir un número, millor que no pas 3. Bé, he aprofitat per dir-t’ho perquè sàpigues que no ens n’hem oblidat.

Una abraçada per a tu i per a totes i tots els companys i companyes de Mataró ... i un brindis per un Sàhara Lliure!

Miquel
des de Sàhara Horta

Unknown ha dit...

Miquel tinc moltes ganes de veure aquesta WILAYA SAHRAUÍ en la que esteu treballant i en i en la que segur que hi col·laboraré d'alguna forma.

No sé, com tu dius, si l'any 2007 serà el de la definitiva independència per al pobles sahrauí, però crec que es donaran pasos definitius en aquest sentit

BON ANY 2007