Com podeu veure, ens unim a la reivindicació d'SLUGUILLA LAWAJ, patrimoni cultural de la Humanitat. No m'estendré en explicar les raons, per això ja podeu llegir l'article de JORDI UNGÉ (UdG). Espero que us pugui agradar. La reivindicació dels fets culturals sahrauís també ha de ser una prioritat de la lluita d'aquest poble per la seva independència.
Autor: Ungé Plaja, Jordi
http://es.geocities.com/arqueonomadas/
SITUACIÓN Y ANTECEDENTES
El yacimiento de grabados al aire libre de Sluguilla Lawaj, se localiza en la cuenca endorreica del la sebkha Dallet el Am, al norte de Mauritania. El yacimiento está en el noreste del Sahara Occidental [1], dónde discurren los uadis que desembocan en dicha sebkha (fig. 1). Esta cuenca no tiene ninguna relación con el nacimiento del uadi más importante del Sahara Occidental, la Saguia el Hamra [2], como se observa en el mapa de situación. De la misma manera estamos justo al sur del extremo meridional de la hamada [3], en una tierra desolada, sin agua ni prácticamente vida diurna. Hoy día solo traviesan la zona algunos beduinos saharauis con sus rebaños de camellos para llegar a otras regiones más húmeda.
Fig. 1: Mapa topográfico con la situación del yacimiento.
En la ribera derecha del uadi Lawaj-el-Tel·li, a lo largo de 35 Km. de longitud, por uno de ancho máximo, se encuentran las losas cuarcíticas sedimentarias de época devónica donde los habitantes prehistóricos grabaron su arte. Estamos delante de un yacimiento comparable al mítico uadi Djerat (Lhote, 1975).
Los investigadores que publicaron algunas de sus rocas no percibieron su magnitud. Pellicer y Acosta (1972) sólo publicaron algunas figuras de los alrededores de la tumba de Sidi Mulud. Sector que conocemos pero que todavía no hemos documentado exhaustivamente. Por otra parte Milburn (1973) publica algunas figuras cercanas a la pista de Tinduf a Bir-Lehlu que traviesa el yacimiento. Estas corresponden a nuestros sectores F, G y H. Finalmente también citar a Soleilhavoup (1997) que publica algunos calcos incompletos y distorsionados realizados a partir de unas fotos enviadas por un general de la ONU. Dicho general pertenece a la MINURSO [4], y durante una misión de reconocimiento coincidieron con los investigadores de la Universitat de Girona (campaña del 1996), cuando empezábamos el estudio del yacimiento. Después de pedirnos la documentación, preguntaron por el motivo de nuestra visita. Seguidamente empezaron a fotografiar las mismas rocas en las que estábamos trabajando. Curiosamente son la mismas rocas que aparecen en su artículo.
Milburn bautiza el yacimiento con el nombre de Ras Lentareg, topónimo también utilizado por Soleilhavoup. Este nombre es incorrecto, pues se trata de una zona localizada al sur de la cuenca endorreica donde confluye el Lawaj.
Nuestros trabajos empezaron en 1995, en colaboración con el Ministerio de cultura de la RASD [5], quien alertado del peligro de expolio de las rocas grabadas, decidió encargarnos la documentación de este y otros enclaves rupestres (Soler et alii, 1999a, 1999b, 2001)
PAISAJE ACTUAL
El paisaje dominante es básicamente llano, se trata de un reg con pequeñas elevaciones onduladas que no superan los 10 m de altura respecto al uadi Lawaj. Las pendientes son suaves, y entrecortadas por multitud de pequeños uadis de escaso recorrido (raramente superan los 500 m) que los saharauis llaman genéricamente fadra(s). También erosionan estas elevaciones otros uadis con más entidad llamados sluguilla [6].Aquí se concentra la escasa vegetación del paraje.
Para hacer más cómodo el estudio y la localización de las rocas grabadas hemos dividido el yacimiento en sectores (fig. 2), aprovechando los fadra que erosionan la escasa elevación donde se ubican los grabados. Además de las losas decoradas, en esas elevaciones, se encuentra gran cantidad de industria lítica, muy eolizada, cuya relación con los grabados es difícil de establecer. Su topología abarca des de bifaces probablemente achelienses, algunos útiles pedunculados aterienses, núcleos discoidales, y gran cantidad de pequeñas lascas de cuarzo. También conocemos algún núcleo laminar tallado en la misma roca cuarcítica. La industria solamente se localiza en la superficie del reg. Escasamente hemos encontrado algún fragmento de cerámica a mano, siempre muy desgastado por la erosión eólica. Finalmente señalar las abundantes tumbas preislámicas, sobretodo túmulos, y en algún caso con antenas (Pellicer, 1973). No hemos podido establecer ningún tipo de relación entre esas tumbas y el arte rupestre, es más, creemos que no la tienen.
Fig. 2: Sectores documentados.
Actualmente el clima es muy árido, con alguna lluvia ocasional y torrencial, que acentúa la erosión del paisaje. Cosa que dificulta mucho el desarrollo de la vida. Aún así la escasa vegetación arbustiva permite sobrevivir a algunos roedores (Jaculus, y Gerbillurus) y lagomorfos (Lepus capensis), como herbívoros más destacados. Los principales depredadores son los fénecs (Vulpes zerda), y algún chacal (Canis aureus), aunque muy escasos.
EL ARTE DE SLUGUILLA LAWAJ.
Los soportes aptos para grabar son muchos, pero no todos fueron aprovechados por los pobladores prehistóricos. Se trata de losas con la superficie lisa, alteradas únicamente por alguna grieta o exfoliación. Se encuentran en posición horizontal o ligeramente inclinadas, con tamaños variables (entre 40 - 400 cm). A lo largo de los 17 km que hemos documentado exhaustivamente, conocemos más de 1000 figuras grabadas. Este artículo se limita a presentar las figuras de los sectores A, B, C, D, E, F y G, en total unos 4 Km. en línea recta, y donde hemos documentado 230 figuras (fig. 2).
Los motivos grabados, igual que los soportes, son de tamaño mediano, la mayoría oscilan entre los 20 y 80 cm.
La técnica de los artistas de Sluguilla Lawaj se aracteriza por el empleo sistemático del grabado. Este presenta un surco inciso con el interior completamente pulido, su profundidad (0’5 - 10 mm.) y grosor (3 - 10 mm) son variables, hecho que permite visualizarlos sin mucha dificultad. La sección del mismo es siempre en U. No conocemos ningún ejemplo en V, tal y como pasa en otros yacimientos saharianos de similares características [7], en los que se combinan ambas. Del mismo modo tampoco hemos apreciado restos de ningún piqueteado previo al pulido del trazo.
En la mayoría de trazos grabados, se observa una erosión especial, muy fina y en forma de sierra. Se localiza siempre en uno de los bordes superiores del surco, sobretodo los que están orientados norte - sur. La causa es el viento predominante en la zona, el Siroco, que sopla de este a oeste y arrastra gran cantidad de granitos de arena. El Siroco también es el culpable de la erosión casi completa de algunas figuras.
Las pátinas de los grabados son idénticas a la superficie de la roca, salvo en contados casos en los que hemos descubierto figuras en losas o plaquetas boca abajo. Solo en ese caso la patina es más clara, pero no solo el surco, sino también la superficie sin decorar. Pues han quedado protegidas de la acción del sol y del viento durante mucho tiempo.
La reproducción de las figuras en calcos se ha hecho a partir de diapositivas realizadas perpendicularmente a la superficie de las rocas decoradas; con el fin de evitar la distorsión de los motivos. El soporte analógico en 3’5mm se ha digitalizado para ser reproducido con sofware especializado. Advertir que la mayoría de figuras adjuntas a este artículo no reproducen el panel completo, son figuras que se han aislado del resto del conjunto. Un hecho que ha facilitado la reproducción informática de los motivos representados es su extraordinaria nitidez. Son escasas las figuras con detalles internos, y muy extrañas las marañas de trazos adjuntos habituales en otros yacimientos. Posiblemente la dureza de la roca tenga algo que ver al respeto.
Para la catalogación de las figuras grabadas hemos utilizado cuatro grupos básicos: zoomorfos, antropomorfos, signos y figuras (o trazos) indeterminables (fig.3); un dato interesante en ese aspecto nos indica la proximidad de este arte con el paleolítico europeo. Responde proporcionalmente al mismo esquema: Las figuras más abundantes son los zoomorfos, seguidos de los signos, y finalmente los antropomorfos. También hemos creado la categoría de inscripciones para los graffitis modernos que personajes desaprensivos han grabado encima las figuras prehistóricas.
Fig. 3: Porcentaje y cantidad de las figuras documentadas.
Pasamos a continuación a mostrar cada una de las categorías.
Graffitis contemporáneos
Uno de los criterios del equipo de la Universitat de Girona, en común acuerdo con el Ministerio de cultura de la RASD, para empezar a documentar este yacimiento, fue el peligro de expolio que corren las losas grabadas [8]. Del mismo modo que algunos personajes han realizados graffitis encima de los motivos prehistóricos.
La inscripción que hemos documentado es un nombre masculino (Kha Khaled Alam), grabado probablemente con un objeto metálico. Se localiza en la Roca F11a justo al lado de la pista llamada de Mohamed Baba (de Tinduf a Bir-Lehlu), que traviesa el yacimiento, y divide los sectores F y G. No le damos mayor importancia puesto que se trata de un grabado contemporáneo.
Antropomorfos
Las figuras antropomorfas (fig. 4) son escasas en comparación con los zoomorfos. Todas las figuras representan humanos, exceptuando la fig. 4:3 que es un simiae. Así lo denota su larga cola y la posición de las extremidades. Son figuras poco detalladas, en algún caso incompletas, generalmente de pequeño tamaño, y salvo excepción todas asexuadas. Sabemos de la existencia de una docena más de figuras antropomorfas, entre las que destaca un magnífico arquero acompañado probablemente por un licaón (Lycaon pictus)(Roca X30a). También un hombre con el pene erecto que sostiene un hacha de mano y está situado detrás de un imponente rinoceronte con los brazos extendidos hacia él (Roca en el sector de Sidi Mulud, inédita).
Fig. 4: Figuras antropomorfas de Sluguilla Lawaj. 1: Roca B6b; 2: Roca C1; 3: Primate (simiae) Roca C6a; 4: Roca D22b; 5 y 6: Roca F13.
Signos
Los signos están agrupados en cuatro categorías, los triangulares, ovalados, con forma de boomerang, y los zeppelines. En este campo hemos intentado clasificarlos de forma que el nombre no implique un significado prehistórico. Así, los que tienen “forma de boomerang” no es que se trate de dicha arma, sino simplemente sigue este modelo morfológico.
De forma triangular sólo conocemos un signo (fig.5:1). Con forma de boomerang tenemos dos ejemplares (fig.5:2-3). Los signos ovalados cuentan una única representación (fig.5:4). La categoría más compleja e interesante son los zeppelines.
Fig. 5: Signos de Sluguilla Lawaj. 1: Signo triangular (Roca D16a); 2: Signo con forma de boomerang (Roca B8a); 3: Signo con forma de boomerang (Roca D24b); 4: Signo ovalado (Roca B5a).
Hemos clasificado con este nombre los signos que otros autores (Wolff, 1997, 1999; Masy, 1998; Le Quellec, 1993) consideran como trampas (piège, o nasse). Nosotros no coincidimos con esa interpretación. Creemos que faltan paralelismos etnológicos, u otra clase de pruebas, para justificarla. De la misma manera, nos parece arriesgado interpretar como trampas un signo cuya simbología nos es confusa. Es por eso que hemos bautizado esas figuras como zeppelines, por su morfología parecida a esos artefactos voladores, sin que eso implique ningún significado prehistórico. En los seis sectores que ese articulo presenta, hay identificados, 23 zeppelines, de los cuales 7 se han clasificado directamente como zoomorfos (fig.6)(3 zoomorfos indeterminados, 2 bóvidos y 2 Arruís). Los 16 restantes responden a la categoría de zeppelines indeterminados. Creemos que esos signos representan animales vistos desde una perspectiva cenital, del mismo modo que otros autores han apuntado (Pellicer, 1972). En Sluguilla Lawaj, los zeppelines son más claros y nítidos que en otros yacimientos. Probablemente eso es debido a la extraordinaria dureza de la roca. Esta no permite la fácil realización de surcos complementarios que en la mayoría de casos confunden el motivo principal, tal y como pasa en muchos yacimientos marroquíes (Wolff, 1997, 1999). La importancia de los zeppelines en el arte sahariano es variable, pero se trata, sin duda, de un signo grabado en muchos y muy diferentes yacimientos. Según los inventarios de las representaciones de zeppelines realizados por Wolff [9] (1997, 1999), y Masy (1998), Sluguilla Lawaj se configura como el yacimiento que más figuras aporta. Hasta el momento conocemos 86 zeppelines, además de otras topologías de signos, probablemente a medida que avance la documentación y el estudio podremos clasificar más.
Fig. 6: Zeppelines zoomorfos. 1 y 2: Roca D5a, zoomorfos indeterminados. 3: Roca D11a, zoomorfo indeterminado. 4: Roca A6a, Bovinae. 5: Roca B2b, Bovinae. 6: Roca C4, Arruí (Ammotragus lervia). 7: Roca E1a, Arruí (Ammotragus lervia)
Zoomorfos
Para la determinación de la fauna hemos contado con la inestimable ayuda de las doctoras Teresa Abaigar y Mar Cano, especialistas en ungulados saharianos, e investigadoras de la Estación Experimental de Zonas Áridas, del CSIC [10] (Almería, España). Este centro está especializado en la reproducción en cautividad de especies ya desaparecidas, o en vías de extinción, del Sahara Occidental. Como el Arruí (Ammotragus lervia) y tres especies de gacelas (Gazella dama, Gazella dorcas, Gazella cuvieri).
Los zoomorfos son las figuras más abundantes. Contamos un total de 181 figuras clasificadas en 10 categorías (fig. 7): Bóvidos (Bovidae), aves, carnívoros, elefantes, équidos, jiráfidos, rinocerontes, zéppelines/bovidos, zeppelines indeterminados, y zoomorfos indeterminados. No hemos encontrado ninguna representación de carros, ni hasta el momento, grabados con inscripciones tifinagh. Hecho que nos denotaría una cronología más moderna, y que algunos autores apuntan como características de la escuela de Tazina (Muzzolini, 1995).
Fig. 7: Porcentaje y cantidad de zoomorfos documentados.
Fig. 8: Porcentaje y cantidad de los bóvidos (familia Bovidae) documentados.
Bóvidos
La categoría mejor representada son los bóvidos, en total suman 77 figuras (fig.8): Áddax (Addax nasomaculatus), Alcéfalos (Alcelapus buselaphus) (fig. 10:1), Antílopes indeterminables, Antílope Cob (Kobus kob), Antílope Caballo (Hippotragus equinus) (fig. 10:2), Bovinos indeterminados (Bovinae), Búbalos (Homoiceras/Paleorovis antiquus) (fig. 10:3), Cápridos (Capra ibex) (fig. 10:4), Eland (Tragelaphus orix) (fig. 10:5), Gacelas (Gazella dama) (fig. 10:6), Gérenuks (Litocranius walleri) (fig. 10:7), Bóvidos indeterminables (Bovidae), Órix (Oryx dammah) (fig. 10:8), y Reduncas (Redunca redunca).
Aves
Las aves son relativamente abundantes, destacan los avestruces (fig. 9:1)(Struthio camelus), con 11 figuras. Siguen los flamencos (Phoenicopterus ruber) con 3 ejemplares. Y finalmente las gallinaceas (Chlamydotis undulata) con dos figuras. Tenemos también una ave indeterminada que por sus escasos detalles no podemos clasificar como avestruz o flamenco.
Carnívoros
Los carnívoros son relativamente escasos si los comparamos con otros yacimientos, sobretodo los catalogados dentro de la escuela Bubalina naturalista (uadi Djerad, Mathendous, provincia del sur de Oran). Hemos contabilizado 11 figuras divididas en dos familias: 6 félidos (fig. 9:2), y 5 cánidos. Sólo en un caso hemos podido determinar la especie, se trata de una representación de un león (Panthera leo).
Proboscidios
Los proboscidios suman 6 ejemplares, todos ellos determinados como Loxodonta africana (fig. 9:3). Suelen presentarse como figuras aisladas, únicamente en un caso podemos asociar un elefante con un humano (Roca J2). En Sluguilla la gran fauna africana está muy bien representada, contrariamente a lo que se creía del Sahara occidental (Mauny, 1955, 1956; Gautier y Muzzolini, 1991; Muzzolini, 1990; Le Quellec 1999).
Perisodáctilos
Los équidos están poco representados, contamos 4 figuras, entre las que hemos identificado un Equus africanus (fig. 9: 4). También dentro los perisodáctilos, hay 11 rinocerontes (fig. 9:5), categoría muy bien representada que también pone en entredicho la ausencia de esta especie en la región que nos ocupa.
Jiráfidos
Hemos creado la categoría de jiráfidos para incluir aquí las figuras con un cuello largo, y acéfalas, que no hemos podido determinar. Dichas figuras quedan confusas, pueden ser jirafas o gérenuks. Tenemos 2 jiráfidos indeterminables. El resto son 14 jirafas (fig. 9:6) (Giraffa camelopardalis) con morfologías muy variables que van des de el esquematismo hasta un naturalismo preciosista que reproduce las manchas de la piel o las crines.
Zeppelines zoomorfos
Los zeppelines clasificados directamente como zoomorfos han sido descritos en el apartado de los signos.
Zoomorfos indeterminados
Los zoomorfos indeterminados son 25. Se trata de restos de figuras que no ofrecen suficientes detalles para identificarlos, pero que a la vez responden a restos de figuras zoomorfas. En la mayoría de casos son grabados muy erosionados, difíciles de observar, o con detalles confusos que nos hacen dudar entre diferentes especies.
Fig. 9: Zoomorfos determinables: 1: Avestruz (Struthio camlus)(Roca Museu2); 2: Felidae (Roca B4); 3: Elefante (Loxodonta africana) (Roca F4c); 4: Equus africanus (Roca B5b); 5: Rhinocerontidae (Roca D11b); 6: Jirafa (Giraffa camelopardalis)(Roca F14).
Fig. 10: Bovidae determinables. 1: Alcéfalo (Alcelaphus buselaphus)(Roca D22b); 2: Antílope Caballo (Hippotragus equinus)(Roca D23a); 3: Bubalus antiquus (Roca A1a); 4: Capra ibex (Roca D21); 5: Eland (Tragelaphus orix)(Roca F5b); 6: Gazella dama (Roca B1a); 7: Gerenuk (Litocranius walleri)(Roca C3); 8: Oryx dammah (Roca F5a).
CONCLUSIONES PROVISIONALES
La gran extensión del yacimiento, del que aquí solo presentamos un 11’4%, hace pensar que las estadísticas variarán a medida que se complete el estudio. A lo largo del artículo hemos incluido algunas notas sobre figuras destacadas que quedaban fuera de esta área. Un aspecto en el que no queremos entrar es en la cronología de este arte. Los datos de que disponemos no nos permiten hipotetizar en ese sentido. En el campo paleo climático nos faltan gran cantidad de estudios locales. Al mismo tiempo que los pocos existentes nos muestran la gran variedad de microclimas que en conjunto conforman el desierto cálido más grande del mundo Sahara (Vernet, 1995). Solo cuando esos trabajos empiecen a realizarse tendremos la posibilidad de discutir en que momento/s podrían haber vivido los animales representados. Quizás, el mejor punto de referencia en ese sentido sea el presente. Sabemos que en el Sahara Occidental hasta época colonial vivían avestruces, gacelas, hienas, y otros antílopes que fueron cazados hasta exterminarlos (Ruíz, 1991). Seguramente sin la acción del hombre muchas especies todavía vivirían en muchas zonas áridas saharianas.
Otro campo clave son los estudios faunísticos. Los escasos trabajos de ese tipo se han centrado en la gran fauna etiópica, ignorando el resto de animales, sobretodo la gran variedad de antílopes. En el caso de Sluguilla Lawaj trabajamos con la hipótesis que la identificación de la fauna representada puede llevarnos a establecer un o unos ecosistemas más delimitados. Por otra parte tampoco se conoce ningún yacimiento arqueológico cercano que pudiera aportar restos óseos.
No nos parece apropiado establecer criterios estilísticos para determinar escuelas de arte rupestre grabado. Según los criterios establecidos por Muzzolini (1995), Sluguilla Lawaj se encabalca entre la escuela de Tazina y la Bubalina Naturalista, quedando más próxima la primera. El hecho es que al comparar las representaciones con otros yacimientos de la dicha escuela notamos que cada uno tiene un “aire” característico, particular. Hasta el punto que gracias a la magnitud del arte del Lawaj-el-Tel·li se podría llegar a establecer diferentes estilos dentro de la misma escuela. El problema principal es cuando a esos estilos se les atribuye un valor cronológico, y por lo tanto pueden influir el estudio del yacimiento. Por otra parte las superposiciones son escasas y a la vez muy confusas [11].
En ese sentido nos parece más importante clasificar los yacimientos a partir de las representaciones más emblemáticas, y no por su estilo. Por ejemplo, la importancia de los zeppelines. Una figura fácilmente identificable, con morfologías distintas, pero que se localiza en muchas zonas saharianas. Tal como apunta Masy (1998) este puede ser un marcador cultural claro.
En el caso de Sluguilla Lawaj hay algunos datos importantes que no pueden pasar por alto. La extraordinaria dureza de las rocas dificulta mucho la realización de cualquier grabado. Esto nos dice que los artistas prehistóricos invirtieron mucho tiempo en su decoración, mostrándonos la importancia que el arte tenia para esas sociedades, seguramente cazadoras-recolectoras.
A partir de los zoomorfos clasificados vemos que el ecosistema era más rico de lo que aparenta en la actualidad, probablemente no faltaba el agua. Con todo, echamos de menos algunas especies que son habituales en esos ecosistemas. La pregunta es clara, porqué solamente grababan esos animales?
BIBLIOGRAFÍA
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[1] Territorio controlado por el Frente Polisario.
[2] Los primeros investigadores creyeron que se trataba del nacimiento de la Saguia el Hamra.
[3] Meseta de origen terciario donde las condiciones climáticas y ecológicas son extremadamente duras.
[4] Misión Internacional de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sahara Occidental
[5] República Árabe Saharaui Democrática.
[6] Sluguillas son menos abundantes, pero debido a la mayor importancia, los saharauis les han dado nombre. En los 35km de yacimiento conocemos tres sluguillas.
[7] Uadi Djerat (Lhote, 1975); provincia del sur de Oran (Lhote, 1970); grabados del Aïr (Lhote, 1972).
[8] Algunas rocas documentadas en los primeros años (1995-96), sobretodo las más próximas a la pista, no hemos vuelto a localizarlas.
[9] Obviamente no conocía las de Sluguilla Lawaj.
[10] Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
[11] En la Roca F15 (fig. 7) hemos establecido 6 superposiciones, pero no responden a ninguna lógica. ¿Es posible pensar en reactualizaciones de los grabados? o se trata de la dificultad para pulir el trazo?