El delegado del Frente Polisario en Naciones
Unidas, Ahmed Bujari, ha participado este fin de semana en el foro 'Derechos
Humanos en el Sahara Occidental', organizado por Cantabria por el Sahara y
Mundubat en Santander. Su próxima parada será Euskadi
Marta Martínez - Lunes, 7 de Noviembre de 2011
Santander. Ahmed Bujari insiste en que la única
solución posible al conflicto del Sahara Occidental es volver a la idea
original: la celebración de un referéndum de autodeterminación que incluya la
opción de la independencia. Sin embargo, Marruecos sigue bloqueando esta
salida, por lo que las negociaciones en Naciones Unidas están estancadas,
"aunque aún no han colapsado".
El enviado de la ONU Christopher Ross estuvo el
viernes en Madrid. ¿Cómo avanza su mediación?
El proceso de negociación está estancado como fruto
de una realidad que Marruecos no quiere asumir, que es el hecho de que la
negociación no puede conducir a lo que quiere, que es la legitimación de su
propuesta de autonomía. Marruecos había puesto toda la esperanza en la
circunstancias de 2007-2008, cuando creyó que algunas potencias, especialmente
el Estados Unidos y Francia, le iban a ayudar en el Consejo de Seguridad. Creo
que Marruecos ha llegado a la conclusión de que eso no puede cuajar. Es por
ello que la próxima ronda de negociaciones ha sido retrasada por Marruecos
hasta el próximo año. En estas circunstancias, Ross decidió ir a la región,
nosotros lo aceptamos, pero Marruecos se opuso bajo el pretexto de que iban a
tener elecciones. Ante esta situación decidió ir a las capitales del grupo de
países amigos: Madrid, París, Moscú, Londres y Washington.
¿Cuál es el papel que debe jugar el Estado español?
España tiene un papel importante que jugar. Hasta
ahora, la imagen que ha presentado Marruecos es que hay una especie de entente
franco-español para apoyar la visión marroquí. Y de ahí, hay una tarea conjunta
de los saharauis y los españoles, de la sociedad y de las fuerzas políticas, de
intentar romper la alianza que ata a la diplomacia española con la francesa
respecto al Sahara Occidental. Nosotros fuimos colonia española y no hay nada
más lógico que sigamos manteniendo una relación con la metrópoli, una metrópoli
que sea capaz de asumir sus obligaciones, como hizo Portugal con Timor, colonia
que abandonó precipitadamente y en la que después, por la presión pública
portuguesa, asumió lo que no había asumido en 1975.
¿Han barajado otras formas de presión diplomática
como está haciendo Palestina, por ejemplo?
La idea de los palestinos la habíamos pensado
nosotros hace diez años. Y entendemos la motivación de este movimiento
diplomático palestino ante el estancamiento de las negociaciones. Pero nosotros
no hemos llegado todavía a un colapso definitivo del proceso.
Es lo que parece.
El colapso no es definitivo todavía, el día que eso
ocurra tendremos que replantear nuestra estrategia. O bien regresar a la
presión militar, que es algo que no nos gustaría, o bien plantear el tema
diplomático a través de la idea palestina, pedir nuestro ingreso en la ONU.
¿Qué esperanzas hay, entonces, de que el diálogo
avance?
Hay un retraso, pero el resultado de la
negociación, de momento, es positivo para el Polisario porque demostró que
Marruecos no puede lograr lo que quiere. De ahí, la lógica es que Marruecos
empiece a mostrar un desinterés, que es lo que está haciendo ahora. Ahora bien,
es muy difícil desengancharse unilateralmente del proceso. La parte que lo haga
tiene que pagar un precio, y esto es lo que ha pasado en Palestina. Fue Israel
quien puso todos los obstáculos al proceso. Eso le dio un argumento a Palestina
para decir "hemos intentado todo, no somos responsable del estancamiento,
ya es hora de que hagan justicia". Lo que pretende Marruecos en el Sahara
Occidental no es posible de lograr, se niega a aceptar que no hay otra salida
que volver a la idea original: organizar un referéndum. Y a falta de una
presión militar o diplomática o de una presión interna del pueblo marroquí, la
resultante puede ser la prolongación del status quo. El Consejo de Seguridad ha
dicho que eso es inaceptable, por lo que debe ser coherente y empujar el
proceso hacia la dirección correcta.
¿Puede haber una presión al interior de Marruecos?
No digo que podría llegar al colapso del régimen,
pero hay factores, como el gasto en el Sahara Occidental más el aumento de las
demandas socioeconómicas del pueblo marroquí, en un contexto en el que los
amigos de ayer no pueden dar el dinero que daban, ni en Europa ni en el Golfo
Pérsico, y ante el hecho evidente de que Marruecos no ha logrado que un solo
país en el mundo reconozca que el Sahara Occidental es suyo. Todos estos
factores deben, algún día, convertirse en una presión para Marruecos, para que
entre en una negociación seria. Por lo tanto, no creo que estemos en un punto
en el que podamos decir que el proceso de negociación ha colapsado y que todas
las perspectivas alternativas se hayan cerrado.
¿Qué está pasando en Dajla?
Ha sido escenario en los últimos meses de
enfrentamientos. El elemento nuevo en la represión que ejerce Marruecos sobre
la población civil saharaui es que ha implicado a los colonos. Esto es un
elemento grave, porque la población saharaui y los colonos marroquíes siempre
han coexistido, cada uno por su lado, pero sin tocarse. Y Marruecos, para evitar
ser visto como un represor, quiere ocultarse detrás del civil marroquí. Son
prácticamente fuerzas paramilitares, utilizadas por Marruecos para reprimir.
Son parte de patrullas nocturnas conjuntas con la policía marroquí y están
dotados de armas blancas, bajo la protección de la policía marroquí, en la
ejecución de una política de caza del saharaui.
Tras el secuestro de los cooperantes en los
campamentos de refugiados saharauis, sorprendió y preocupó el hecho de que
organizaciones terroristas pudieran estar penetrando en Tinduf. ¿Qué
información tienen al respecto?
En primer lugar, nos sorprendió porque nunca hubo
un caso anterior. Por el modus operandi, entra en el modelo de convertir a
cooperantes extranjeros en mercancía, que después es vendida a organizaciones
terroristas que piden un rescate a los gobiernos. Por lo tanto, puede ser que
esta operación haya sido llevada a cabo por cuatreros, asaltantes de caminos,
que quieren obtener dinero vendiendo a los secuestrados a una organización, Al
Qaeda o de esa nebulosa. La otra opción es que haya sido directamente una
organización terrorista la que llevó a cabo el secuestro. Hasta ahora no hay
ninguna reivindicación oficial. Otra opción es que Marruecos esté implicado de
alguna forma u otra en esto, para espantar la ayuda humanitaria y para volver a
plantear un elemento esencial de su propaganda: que el Polisario está
infiltrado por organizaciones terroristas y que el único que puede garantizar
la seguridad en la zona es Marruecos.
¿Han tomado medidas para garantizar una mayor
seguridad?
Sí, se han tomado medidas draconianas. Será casi
imposible que nos vuelvan a sorprender.
En diciembre, el Polisario celebrará su Congreso.
¿Qué temas pondrán sobre la mesa?
Hay un debate legítimo, la influencia de la
primavera árabe está ahí, que desemboca en la idea de una alternancia política
en el poder. Si bien los tiempos políticos e históricos de los demás no son
necesariamente los nuestros, somos sensibles a este debate. El secretario
general ha dicho que el Polisario debe pensar en buscar otro secretario
general, que sería bueno para el acceso de nuevas generaciones de saharauis a
la toma de decisiones. Hay gente que ha aplaudido esto y hay gente que está en
contra, porque piensa que la prioridad debe ser, primero, la independencia.
Otra cuestión será si poner fin al proceso de negociaciones en la ONU y volver
a la presión militar o continuar por la vía diplomática. También cómo responder
a las demandas socioeconómicas de la población.
Ahora viaja a Euskadi. ¿Tiene prevista alguna
reunión?
Espero reunirme con el lehendakari Ibarretxe.